En busca de las auroras boreales

En busca de las auroras boreales


Hace justo un año buena parte del equipo de naturapps nos animamos a realizar una escapada muy especial de la que aún no os habíamos contado nada… y ya que estamos de aniversario, lo celebramos con este post.

La naturaleza nos brinda espectáculos inolvidables y uno de ellos son las auroras boreales. El año pasado por estas fechas nos desplazamos al norte de Noruega, en pleno círculo polar ártico, y visitamos uno de los mejores lugares para la observación de auroras boreales.

Nuestro destino fue la zona conocida como los “alpes de Lyngen”, una pequeña cadena montañosa en la que impresionantes montañas de hasta 1.833 m se alteran con profundos fiordos.

Ullsfjorden

Lyngenfjord, además de ser un destino espectacular a nivel de paisaje, reúne dos características muy interesantes para la observación auroras: además de tener muy poca contaminación lumínica, presenta un clima bastante templado, con temperaturas no demasiado extremas (teniendo en cuenta la latitud en la que se encuentra). Además es bastante habitual tener cielos suficientemente despejados incluso durante el invierno.

La vía más habitual de acceso a Lyngenfjord es a través de Tromso, una de las ciudades más importantes del Ártico noruego y otro destino muy recomendable para ver auroras.

La mayor parte de la gente que visita el norte de Noruega para ver auroras, suele optar por contratar alguna excursión, muchas de ellas partiendo de Tromso, en la que los guías se encargan de todo lo necesario para disfrutar del espectáculo. En nuestro caso nos animamos a alquilar un vehículo propio para poder buscar y fotografiar las auroras a nuestro aire. Lyngenfjord está alejada de los principales núcleos de población, así que es fácil encontrar zonas con poca o nula contaminación lumínica.

Los dos primeros días, o más bien noches, ya que a partir de las dos de la tarde ya no hay luz, no hubo suerte, el cielo estaba nublado y no había demasiada actividad solar. Pero al tercero llegó nuestra noche de suerte.

Tras pasar dos días al volante intentando localizar alguna zona despejada, el cielo se abrió y casi sin salir de la casa en la que nos alojamos, pudimos disfrutar de un espectáculo alucinante. Durante un par de horas, las auroras bailaron para nosotros sin descanso.

Aquí os dejamos un pequeño timelapse, elaborado por uno de nuestros compis.

Aunque ver auroras era el motivo principal de nuestro viaje, también tuvimos tiempo para disfrutar de la increíble naturaleza de Lyngenforjd.

La zona tiene numerosas rutas de senderismo, aunque la cantidad de nieve, bajas temperaturas y el escaso número de horas de luz en estas fechas, complican un poco la tarea durante el invierno. Aun así pudimos disfrutar de algunas vistas increíbles como la ruta del faro Lenangsøyra o el lago de Jægervatnet.  Sin duda nos quedamos con muchísimas ganas de volver a visitar la zona en verano.

caminando

faro

Además de caminar, pudimos disfrutar de la fauna local, el fiordo que teníamos delante de nuestra casa es el hogar de una importante colonia de marsopas, además de unas esquivas focas. En los montes de Lyngeford abundan zorros, perdices nivales y renos, aunque en esta ocasión, estos últimos se nos resistieron.
En estas fechas, muy cerca de esta zona, también es posible realizar buenas observaciones de orcas y yubartas. Con las primeras no tuvimos suerte, pero pudimos disfrutar de las yubartas placer, en una excursión en barco en la isla de Kvaloya e incluso desde la costa con prismáticos y telescopio.

Yubarta en Kvaloya

Por último, una de las cosas qué más disfrutamos fue vivir el auténtico espíritu noruego, con una barbacoa junto al fiordo bajo la luz de las auroras.

Sin duda visitar Noruega en cualquier época del año es una gran idea, pero para los que disfrutamos de la naturaleza, el invierno ártico es algo muy muy especial que merece muchísimo la pena.

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