Esta es una época perfecta para acercarse a la Olla de San Vicente o del Dobra, antes de que llegue la temporada alta  y sea difícil de disfrutar con tranquilidad.

Es una preciosa poza de aguas cristalinas y con un impresionante color esmeralda, formada por el río Dobra tras descender por pequeñas cascadas en una zona de roca caliza.

Este lugar, a las faldas de los Picos de Europa, está rodeado de montañas tapizadas por bosques autóctonos de castaños, hayas y robles.

Abundantes avellanos y alisos en el bosque de ribera

El paseo hasta la Olla es muy agradable y sencillo, recomendado para que os acerquéis con los peques, teniendo precaución en alguna zona de rocas en el camino que pueden resbalar, sobre todo si está húmedo.

Mirlo acuático

Estos paseos fluviales dan mucho juego para despertar interés por la naturaleza en los niños, con la altas probabilidad de poder ver zapateros sobre el río, truchas, pájaros fluviales saltando de piedra en piedra, como las lavanderas o los mirlos y multitud de árboles diferentes.

Y lo que va a ser difícil es contener las ganas de bañarse en este paradisíaco lugar, aunque sus aguas nos vayan a cortar la circulación en cuanto metamos un dedo…

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